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Skoda está que se sale. Ha renovado por completo el Octavia, las ventas están por las nubes y se encuentra en pleno proceso de lanzamiento de su SUV de siete plazas. del que se esperan muchas y buenas cosas. El Skoda Kodiaq es clave para las ventas y eso lo saben en la marca, por eso lo están mimando bastante antes incluso de haber llegado a las tiendas. Ya hemos conocido una nueva versión que mostrarán en el Salón de Ginebra en marzo, el Skoda Kodiaq Scout y ahora, le toca el turno a la versión justamente contraria, el Skoda Kodiaq Sportline.
Pero al contrario del Scout, que aunque sea poco, busca mayores garantías fuera del asfalto, el Skoda Kodiaq Sportline es casi todo artificio. Como su hermano ‘campero’, se basa en el acabado Ambition pero los añadidos son puramente estéticos y de equipamiento. Monta también el sistema de tracción total pero la suspensión adaptativa de serie, sólo ofrece tres modos de funcionamiento: comfort, normal y sport.
También ha ‘adaptacion’ den el habitáculo recibiendo asientos deportivos tapizados en alcantara con las costuras en tono plateado. El volante es de tipo deportivo (sea lo que sea lo que quiere decir eso), hay pedalier de aluminio y la instrumentación recibe cosas como un indicador de fuerzas G, manómetro del turbo, temperatura del aceite y del refrigerante o incluso un indicador para saber la potencia que está entregando el motor.
Y hablando del motor, el Skoda Kodiaq Sportline tendrá cuatro opciones, dos de gasolina y dos diésel. Son las mismas que las disponibles en el Skoda Kodiaq Scout, esto es, el 1.4 TSi de 150 CV junto al 2.0 TSi de 180 Cv en gasolina, siendo el 2.0 TDi en las versiones de 150 y 190 CV para el caso de los diésel.