Siempre me gustó la variedad, tener múltiples opciones para elegir lo más adecuado a mis necesidades. Si esto lo traspasamos al mundo del motor la cosa no cambia en absoluto. Me encanta la variedad, el tener muchos tipos de coches, con sus diferentes estilos y enfoques, creo que es completamente genial. Pero actualmente estamos en un punto que personalmente, empiezo a ver como absurdo y estúpido, con los fabricantes centrados en poner en el mercado tantos ‘todocaminos’ como sea posible llegando a convertir en un SUV/crossover modelos que no lo necesitaban, como el Renault Espace, un monovolumen de gran tamaño cuyo objetivo fue siempre ser el coche familiar ‘perfecto’.
A mis 32 años no puedo recordar con claridad la llegada del que se considera el primer SUV, el Toyota RAV4. Era 1994 y yo tenía unos 11 añitos, pero sí recuerdo que ese coche me gustaba, era pequeñito y molón. De echo aun me gusta y creo que es el menos SUV de todos, pero apareció una enfermedad que se extendió rápidamente y en lugar de buscar una cura, dejaron que siguiera evolucionando y mutando hasta que al final, ya es imparable y ha deformado hasta esa primera idea que se tenía de un ‘Sport Utility Vehicle’. Dicen los que saben, que el SUV podría suponer la desaparición de los sedanes tradicionales y una transformación brutal del mercado al completo. Yo espero no ver algo semejante, aunque está claro que no me salva nadie de ver como desaparece casi por completo uno de los segmentos más carismáticos de todos: el de los todo terreno. Ya hemos sido testigos del amansamiento y asfaltización de coches como el Range Rover, seremos testigos de uno de los mayores cambios en el Land Rover Defender y en el JEEP Wrangler de toda la historia de ambos modelos y por si fuera poco, también estamos siendo testigos del adiós definitivo del Mitsubishi Montero. No sé a vosotros, pero esto a mi ya me cabrea. La moda de los SUV me recuerda a la moda de los pantalones de pitillo; si no me gustan los pantalones de pitillo, ¿por qué demonios me los tengo que comprar? ¿no pueden poner más opciones?
El caso es que buscando información para un artículo en plan homenaje al Mitsubishi Montero, he encontrado una versión de la que me había olvidado por completo a pesar que es de esos tipos de coches que me gustan especialmente, ya que supone la variante más deportiva (off road, se entiende) del modelo y es lo que me gusta llamar como ‘coche de homologación’. Es el Mitsubishi Pajero Evolution, un todo terreno que pone en evidencia la actual situación del mercado, dejando a su suerte al sector del todoterreno cuando hace unos años la inversión en el mismo era claramente apreciable. El problema es que solo se vendió en Japón en edición limitada y por lo tanto, sólo se puede encontrar con volante a la derecha. No obstante, hay empresas que te harían una transformación a volante a la izquierda por un buen puñado de euros, sobre todo teniendo en cuenta que el salpicadero es el mismo que en el resto de versiones y que lo único destacable de su habitáculo, son los asientos Recaro.
El coche se fabricó entre 1997 y 1999, demostrando que la frasecita de ‘tiempos pasados siempre fueron mejores’, se cumple a la perfección en este caso. En cuanto a la unidad de las fotos, esta a la venta en Fast Classics por 12.995 libras, 17.894 euros aproximadamente.
Javi Martín
